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Proyecto Visión 21

¿Información o condicionamiento? Una complicada decisión

La semana pasada, en uno de esos programas radiales de fin de semana, el invitado de turno afirmaba que vivimos en una “matriz informática” (en el sentido de la película de los hermanos Wachowski), que nos fuerza a aceptar la ilusión como realidad y nos condiciona a responder de cierta manera ante las situaciones ilusorias.

Siempre me inquieta esa mezcla de filosofía y Hollywood, y pocas veces presto atención o creo lo que dicen los programas radiales de fin de semana. Pero la idea de un condicionamiento (en el sentido de Iván Pavlov) por medio de la asociación de cierta información con ciertas conductas siguió inquietándome.

Quizá por eso me llamó la atención un incidente que ocurrió pocos días después de escuchar el programa en la radio cuando yo iba manejando cerca de una escuela. Por la misma calle venía una ambulancia, haciendo sonar sus sirenas.

Un adolescente afroamericano, probablemente un estudiante de la escuela, iba caminando en la misma dirección que la ambulancia, de modo que sólo podía escuchar las sirenas pero no ver al vehículo.

El joven hizo entonces algo inesperado: dejó en el suelo la mochila que cargaba en su espalda y se puso mirando a una pared, con las manos alzadas y pegadas a la pared.

La ambulancia pasó largo y el adolescente comprendió que las sirenas eran de un vehículo de emergencia, no de un patrullero. Entonces calmadamente bajó las manos, tomó su mochila y siguió su camino.

El incidente (real, por cierto) es preocupante por dos motivos. Primero, ¿qué tipo de conducta y de respuesta les estamos enseñando en las escuelas y en los medios a nuestros jóvenes de grupos minoritarios que viven en grandes ciudades?

¿Cómo puede ser que en vez de simplemente ignorar la sirena o de darse vuelta a ver qué tipo de vehículo generaba esa sirena este joven haya inmediatamente asumido que era un vehículo policial y que él estaba en apuros?  Pavlov se sentiría feliz al ver el nivel de condicionamiento al que hemos llegado.

El incidente también es preocupante porque inmediatamente uno asume (seamos honestos: lo hacemos) que por algo el joven reaccionó cómo lo hizo.

Sin motivo alguno, sin información concreta, y basándonos solamente en estereotipos, asumimos que el adolescente en cuestión, por ser de un grupo minoritario y por llevar una mochila, estaba haciendo algo malo. Sin embargo, no hay nada que indique que ese fuera el caso.

En otras palabras, nosotros estamos tan condicionados como el adolescente para reaccionar de cierta manera ante ciertos estímulos y en ciertas situaciones. El adolescente de la historia escucha una sirena y levanta las manos. Nosotros vemos a un joven de color o a un inmigrante y lo tratamos como sospechoso.

Tan condicionados estamos a reaccionar sobre la base de estereotipos que no los abandonamos ni aunque se demuestre su falsedad, como recientemente lo hicieron los sociólogos Robert Sampson (Harvard) y Tim Wadsworth (Universidad de Colorado) en sendos estudios mostrando que la llegada de inmigrantes reduce significativamente la criminalidad.

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