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Proyecto Visión 21

¿Qué permanece constante en una época de constantes cambios?

Los cambios continuos no son nada nuevo. Ya en la antigüedad el filósofo griego Heráclito argumentaba que el cambio era la base misma de la realidad. Pero, como él decía, para que haya cambio debe haber algo que permanece.

Dejando de lado la profundidad teórica del análisis filosófico y trayendo ese análisis a nuestra realidad cotidiana, podemos entonces nosotros también preguntarnos qué permanece constante en una época de tantos cambios políticos, sociales, demográficos, tecnológicos y científicos.

Antes de ofrecer una sugerencia de respuesta, permítaseme compartir un ejemplo. Comencé mi tarea como periodista profesional en enero de 1988, hace ya 21 años. Desde entonces, he tenido el privilegio de escribir y trabajar para numerosos medios, tanto prensa escrita como radio, televisión e Internet, y tanto en inglés como en español.

En estas dos décadas he participado en numerosas convenciones, reuniones y seminarios de capacitación. Además, pertenezco a tres asociaciones de periodistas profesionales y leo cuantas revistas y libros puedo sobre el tema.

Sin embargo, tras asistir la semana pasada en Denver a un seminario organizado por el Centro Internacional para Periodistas (ICFJ en inglés, www.icfj.org) descubrí cuánto aún me falta prepararme en algunas áreas y cuánto puedo y aún debo aprender sobre mi propia profesión.

Al forzarme a repensar mi propia formación y capacitación, el seminario del ICFJ reafirmó algo que yo ya sabía pero que casi me había olvidado: en una época de incesantes cambios lo único que permanece es la necesidad de capacitarse y educarse continuamente.

Si no nos educamos, no importa cuánto meditemos sobre un problema o con quién consultemos buscando consejo, ya que nuestras decisiones probablemente serán equivocadas. La ignorancia nunca es una buena base para tomar buenas decisiones.

Volviendo al ejemplo de mi propia profesión, pensé que yo ya sabía lo suficiente y pensé que me mantenía actualizado, sin comprender hasta la semana pasada cuánto aún me falta por aprender.

Creo que en estos tiempos de agitados cambios, la auto-educación constante y seria es uno de los mejores antídotos en contra de decisiones apresuradas y a menudo con indeseables consecuencias.

Ya son muchas las veces en que me ha tocado escuchar a personas que abrieron un negocio sin saber cómo hacerlo, o que invirtieron dinero sin informarse, o que tomaron decisiones de importancia basándose sólo en lo que escucharon de un supuesto experto en la radio y en la televisión.

En todos esos casos, esas personas tardarán años en recuperarse de las pérdidas sufridas y probablemente nunca podrán recuperar las oportunidades perdidas. Gran parte de esos problemas podrían haberse evitado si esas personas si hubiesen tomado el tiempo y el trabajo de educarse a sí mismas sobre lo que estaban pensado hacer.

Cada día que dejamos de aprender algo nuevo perdemos terreno con respecto a aquellos que sí lo aprendieron y esa pérdida de terreno, transformada en pérdida de oportunidades, puede trae consecuencias negativas para nuestro futuro y el de nuestra familia.

Cuando todo cambia es el momento de poner más empeño en la propia educación.

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