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Proyecto Visión 21

“Espero que al recibir este mensaje te encuentres bien”

Francisco Miraval

“Espero que al recibir este mensaje te encuentres bien”.  Así comienza un correo electrónico que la semana pasada me envió una colega. El mensaje en cuestión era una consulta sobre cómo traducir ciertas palabras. Pero esa primera línea me hizo pensar. Después de todo, ¿qué significa “encontrarse bien”?

Sé muy bien que mi colega simplemente me estaba saludando. No creo que ella jamás tuviese la intención de iniciar un debate filosófico o existencial. Pero lo cierto es que me pareció irresistible analizar la idea de “encontrarse bien”. Por ejemplo, ¿puedo encontrarme bien sin primero haberme perdido bien?

O, dicho de otra manera, ¿en qué momento o de qué manera me encuentro yo a mí mismo, de tal manera que ese encuentro sea bueno?

Desde un cierto punto de vista, la pregunta parece ridícula, ya que donde quiera que yo vaya allí me encuentro yo. Pero, desde otra perspectiva, nos pasamos la vida entera tratando de encontrarnos a nosotros mismos, es decir, de encontrar nuestro lugar y propósito en este mundo, de saber quiénes somos. Y esa tarea no resulta fácil.

Por ejemplo, recientemente hablé con una joven estudiante universitaria méxico-americana. Le pregunté cuál es el mayor desafío que ella enfrenta en la actualidad en su vida. Sabiendo algo de su situación personal, pensé que ella mencionaría su situación inmigratoria irregular, o el hecho que su padre está desempleado, o la posibilidad de no contar con dinero para continuar sus estudios.

Su respuesta me sorprendió: “Mi mayor desafío es mantenerme al día con la tecnología moderna”, me dijo. Su desafío no era profundizar su vida espiritual, encontrar un buen esposo, completar su carrera, o tener un buen trabajo, sino responder al ritmo de la cambio de la tecnología actual.

Me quedé pensando de qué manera jamás podremos encontrarnos a nosotros mismos cuando aquello que le da sentido a nuestro vida, aquellos obstáculos que nos motivan a ser mejores, aquellos límites que queremos superar, aquellos desafíos que nos impulsan a seguir adelante son externos a nosotros y ni siquiera se relacionan con el hecho de ser humanos.

Quizá, para encontrarnos bien, primero debemos reconocer que estamos bien perdidos, que vivimos vidas sin rumbo, superficiales, deshumanizadas, unidimensionales, en las que nos domina “la última moda” y en la que creemos que somos alguien porque imitamos a la “celebridad” del momento. Cuando vivimos esa vida inauténtica, estamos perdidos.

¿Cómo, entonces, podemos encontrarnos nosotros a nosotros y vivir con autenticidad? No le corresponde a un ignoto columnista responder a tan magna pregunta. De hecho, no nos corresponde ni siquiera intentar una respuesta. Pero podemos repetir lo que otros, con sabiduría que carecemos, dijeron antes que nosotros.

Para encontrarnos a nosotros mismos, a nuestro verdadero “yo”, los filósofos de la antigua Grecia decían que tenemos que recordar (literalmente, des-olvidar) quienes realmente somos. ¿Y cómo recordamos quiénes realmente somos? Esa pregunta y su respuesta ya exceden el autoimpuesto límite de 500 palabras para esta columna.

Por eso, permítaseme sólo decir: Estimado lector, espero que te encuentres bien.

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