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Proyecto Visión 21

Adiós a la era industrial, bienvenida (definitivamente) la era informática

De todos los análisis que leí y escuché sobre el significado de los resultados de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, me llamó la atención la columna escrita por Shelly Palmer (www.shellypalmer.com) porque no se enfocó en temas políticos ni sociales, sino en tecnología.

Palmer, un periodista y consultor empresarial de Nueva York, sostiene que la relección del Presidente Barack Obama es uno de los momentos claves en la transición de la Era Industrial a la Era Tecnológica

Según Palmer, la interconectividad tecnológica global (cada vez más artefactos y personas conectados con cada vez más artefactos y personas en todo el mundo) es una tendencia de la que ya no hay marcha atrás.

En su opinión, las recientes elecciones indicarían la preferencia de un amplio sector de Estados Unidos a favor de ciertas políticas nacionales en las que la tecnología desempeña un papel clave en temas como educación, innovación, energía y seguridad cibernética.

Para Palmer, es algo digno de celebrar que la transición de una era a otra, de la Era Industrial a la Era Tecnológica, se realice en el marco de una transición democrática y pacífica, como viene sucediendo en Estados Unidos desde 1796 cuando George Washington no aceptó un tercer período como presidente y eventualmente John Adams fue electo.

Palmer parece decir que de la misma manera que la elección de ciertos presidentes hace más de dos siglos favoreció el ingreso de Estados Unidos en la Era Industrial, la elección de un cierto presidente en la actualidad aceleraría la transición de Estados Unidos hacia una irreversible Era Informática.

Los límites de esta columna nos impiden analizar en detalle los argumentos presentados por Palmer, pero, dejando de lado toda política, podemos por lo menos decir que estamos de acuerdo que una era se está acabando y otra está comenzando.

Eso no significa que todo lo que pertenezca a la era anterior desaparecerá, ni que todo lo que surja en la nueva era será bueno y mejor. Las eras históricas se superponen y las transiciones de una era a la otra no siempre son claras ni notables. Algunas cosas del pasado persisten y otras cosas nuevas son inmediatamente rechazadas.

Si asumimos, como Palmer lo hace, que la Era Industrial (que comenzó entre 1750 a 1850) ya llegó a su fin y que ahora estamos en la Era Informática (algo imposible de negar), entonces deberíamos analizar de qué manera la Era Industrial cambió la vida de las personas y de las instituciones como una forma de anticipar qué cambios producirá la Era Informática.

El tema, obviamente, ha sido estudiado hasta el cansancio por innumerables expertos desde hace décadas, pero la creciente familiaridad con la tecnología, la obviedad de su constante presencia, nos impiden pensar –creo– en el significado y las consecuencias de la transición a la nueva era.

Sea como fuere, me parece que Palmer tiene razón al afirmar que las recientes elecciones marcan un punto de transición de una era (industrial) a otra (digital), aunque nos llevará cierto tiempo comprenderlo.

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