Menu

Proyecto Visión 21

Estimado amigo extraterrestre del futuro:

Francisco Miraval                                

Espero que cuando recibas estas líneas te encuentres bien y que el viaje hasta la tierra, o lo que quede de ella (y desde donde sea que tú provengas) haya sido placentero y sin inconvenientes.

Asumo, aunque sin muchas razones válidas para hacerlo, dos cosas: que tu civilización es más avanzada que la nuestra y que cuando este mensaje llegue a tus manos nuestra civilización ya no existirá. Me gustaría estar equivocado sobre ambos puntos, pero por el momento no puedo demostrarlo.

Te cuento que hace casi doce años comencé a escribir comentarios semanales. Al principio eran cortos, locales y temerosos, sin saber mucho qué decir ni quién los iba a leer. Ahora, 600 comentarios más tarde, esos comentarios siguen siendo cortos, un poco menos temerosos (los años no pasan en vano), un poco más universales y tan efímeros y destinados al olvido inmediato como todos sus predecesores.

Por eso te escribo a ti, imaginando que al leer un periódico del pasado (tu pasado) o al reconstruir una antigua computadora, halles estas palabras y las leas, como nosotros buscamos y leemos con interés las tabletas de arcilla de los sumerios, los papiros de los egipcios y los escritos que podamos desenterrar de otras civilizaciones de nuestro pasado.

No hay manera de garantizar, claro está, que jamás llegues a leer estas líneas, pero tampoco se puede predecir que eso nunca sucederá. Circunstancias más extrañas han sucedido en la historia y quién sabe cuántos milagros quedan aún por suceder.

Una cosa puedo anticipar: mis comentarios no te ayudarán a decidir si existe (o existió) vida inteligente en este planeta. Aún nos seguimos enfrentando por el color de la piel que uno tenga. La pobreza y el hambre continúan y la desigualdad económica crece. Y ni te cuento de la contaminación ambiental.

Nos creemos la cúspide de la creación y no podemos ni llevarnos bien con nosotros mismos ni cuidar a nuestro planeta. Nos matamos en nombre de teologías que no entendemos, creencias que ya no creemos, historias que no tienen historia, y objetos que inmediatamente pierden su valor. Pretendemos ser libres y somos tan esclavos de nuestros instintos como nunca antes y además ahora somos también esclavos de la tecnología.

No todo es negativo, claro está. Si lo fuese, no hubiésemos llegado a donde estamos. Quizá tienen razón los que sugieren que todavía estamos en la prehistoria de la humanidad. Quizá todavía tengamos alguna oportunidad de aprender cómo evitar que una civilización “avanzada” como la nuestra se destruya a sí misma.

No todo es negativo. De hecho, existen muchas personas buenas que cada día se enfocan desinteresadamente en restaurar la belleza de nuestro mundo (tanto natural como social) para el beneficio de todos. Pero ahora no tengo ni tiempo ni lugar para hablar de todos esos actos de bondad.

Sólo quiero pedirte una cosa: si llegas a este planeta cuando la humanidad todavía existe, no traigas de regalo un libro titulado “Cómo servir a la humanidad”. Esa broma ya la hemos escuchado.

Go Back

Comment

Blog Search

Blog Archive

Comments

There are currently no blog comments.