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Proyecto Visión 21

La actitud prejuiciosa impide el progreso y la innovación

La semana pasada escuché en la radio a uno de mis autores y educadores favoritos, Charles Swindoll. Ese día Swindoll habló sobre la discriminación y aseveró que la actitud prejuiciosa impide el progreso y la innovación. Estoy de acuerdo con esa apreciación.

Si pensamos un momento, quien tiene prejuicios en contra de otra persona (sea cual fuere la nacionalidad o etnicidad tanto del prejuicioso como de su víctima), lo que el prejuicioso generalmente quiere es que nada cambie para mantener a la persona discriminada precisamente en el lugar en donde se encuentre como resultado de la discriminación.

Dicho de otro modo, la discriminación y los prejuicios buscan mantener el status quo, e incluso en aquellas ocasiones en las que aparentemente se promueve el cambio, muchas veces se trata sólo del proverbial ejemplo de “que cambie todo para que nadie cambie”.

Es decir, los cambios, innovaciones y progresos no son verdaderas modificaciones sino solamente nuevos instrumentos para continuar con los prejuicios y la discriminación, aunque muchas veces de una manera más sutil y atenuada, y por lo tanto con menos oposición y resistencia.

¿Por qué hablar de prejuicios y discriminación cuando desde hace 50 años se han producido inmensos logros e innegables cambios que benefician a las minorías? Porque a pesar de esos logros y cambios, los prejuicios continúan y, aunque no se expresen tan abiertamente como antes, siguen existiendo y afectando las vidas de miles y miles de personas.

Por ejemplo, como en otros estados, también en Colorado (donde resido) se recibieron miles de millones de dólares del gobierno federal para proyectos de construcción, como parte del plan de revitalización económica.

En un primer momento se dijo que hasta el 20 por ciento de esos fondos sería para empresas hispanas, ya que ése es aproximadamente el porcentaje de hispanos en Colorado. Luego se redujo al 10 por ciento. Y finalmente (por lo menos en ciertos proyectos), sólo el 2 por ciento de los fondos llegó a compañías hispanas. ¿Cómo se explica esa situación?

Además, en la actualidad hay por lo menos 1,2 millones de estudiantes latinos cursando estudios universitarios, o un 14 por ciento del estudiantado total, y este año se agregarán miles más, gracias a la dedicación que esos jóvenes han demostrado en sus estudios secundarios y a los innumerables esfuerzos y sacrificios de sus padres.

Sin embargo, esos logros académicos a veces se “celebran” con insultos y hasta epítetos racistas en contra de los estudiantes hispanos o de otras minorías, como sucedió recientemente en una escuela cerca de Denver. Pero no nos engañemos: nosotros también discriminamos y tenemos prejuicios.

Como dice el Dr. John Warwick Montgomery en un libro publicado en 1995 (página 122), “para quien tiene presuposiciones infundadas y las mantiene con suficiente tenacidad, los hechos no hacen ninguna diferencia en absoluto, y esa persona será capaz de crear un mundo propio totalmente separado de la realidad y totalmente incapaz de estar en contacto con la realidad”.

Por eso los prejuicios impiden el progreso y la innovación.

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