Menu

Proyecto Visión 21

Una invitación imposible de resistir

Francisco Miraval                                

La semana pasada recibí por correo electrónico una invitación que me pareció tan irresistible que hasta pensé en cambiar mis actividades para participar en el evento al que me estaban invitando. Pero al llegar al final de la de esa invitación, algo me llamó poderosamente la atención y me hizo reflexionar.

Resulta que una destacada institución dedicada a la educación teológica realizó un foro público para hablar sobre la posible identificación o identidad entre el creyente y la deidad en el marco del cristianismo primitivo.

Como la teología es una de mis áreas de estudio y como el tema me pareció extremadamente interesante (siempre me interesa la intersección de teología e historia), decidí seguir leyendo y así me enteré que en vez de haber un solo orador invitado, habría siete oradores en el encuentro en cuestión.

Aún más, cada orador analizaría un enfoque particular del tema, pero conectándolo con las otras seis presentaciones. En definitiva, sería como leer distintos capítulos de un mismo libro dedicado a un solo tema, pero con varios autores. Ese enfoque renovó mis deseos de asistir al evento.

La invitación también indicaba que profesores y estudiantes de teología, así otros invitados y miembros del público en general también estarían presentes. Y luego de las exposiciones, cada uno de los participantes podría, si así lo quisiese, expresar su propio punto de vista sobre el tema en cuestión, algo que raramente sucede en el ámbito académico.

Y por si aún me quedasen dudas sobre la importancia del encuentro y la necesidad de estar allí, todo terminaría con un servicio de adoración ecuménico y multicultural y, como era de esperar, con una comida comunitaria.

“Pero todavía quedo algo muy importante…”, decía la invitación.

En ese momento me quedé pensando cómo podía ser que hubiese algo aún más importante que todo lo que ya se había dicho. ¿Qué puede ser más importante que un debate sobre la unión con la naturaleza divina? ¿Y qué mejor que contar con siete expertos en el tema en un mismo lugar? ¿Y cómo superar la oportunidad de participar de un servicio religioso abierto y respetuoso de distintas expresiones de fe?

Además, ¿qué puede ser mejor que terminar el encuentro con una comida comunitaria en la que se fomenta la unidad más allá de la diversidad y disparidad de opiniones, posturas y creencias?

Motivado por descubrir qué podría ser más importante que todo lo ya mencionado, seguí leyendo y así obtuve la respuesta. Aún más importante que la identificación con la divinidad, que la presencia de expertos y que la camaradería multicultural era el hecho que el encuentro en cuestión terminaría ¡a tiempo para que cada uno regresase a su casa para mirar el partido de los Denver Broncos!

La inesperada yuxtaposición de lo sagrado y lo profano, lo eterno y lo efímero, lo celestial y lo terrenal, lo permanente y lo pasajero me tomó por sorpresa. ¿Será qué solo pensamos en lo trascendente en los huecos que nos dejan las superficialidades de la vida?

Go Back

Comment

Blog Search

Blog Archive

Comments

There are currently no blog comments.