Menu

Proyecto Visión 21

Una sociedad de consumidores y espectadores

Francisco Miraval

Llega un momento que uno se cansa cuando, en el medio de una conversación o presentación sobre un tema que uno ha estudiado, con frecuencia la otra persona afirma “Sí, yo también vi esa misma película”, asumiendo erróneamente que lo todo lo uno sabe lo adquirió mirando películas o series de televisión. Pero esa es la sociedad en la que vivimos.

Incluso el más superficial de los análisis inmediatamente revela que todos, y especialmente las generaciones más jóvenes, pasamos una cantidad extraordinaria y desproporcionada de tiempo mirando una pantalla (televisión, computadora, tableta, teléfono).

De hecho, parece que estamos llegando al punto en el que pasamos más tiempo frente a una pantalla que con cualquier otra actividad, incluyendo horas de trabajo o de reposo nocturno. Por eso, se puede decir que nos hemos convertido en una sociedad de espectadores, donde pasivamente esperamos un espectáculo tras otro y donde se vuelve espectáculo.

¿Una actriz se vistió de manera provocativa? Dediquémosle horas de análisis al tema. ¿Un político se vio envuelto en un escándalo? Si el escándalo involucró a la actriz, aún mejor, porque entonces el “espectáculo” será más entretenido. ¿Un deportista cambió de equipo? Revisemos estadísticas de ese deportista y de su nuevo equipo hasta el cansancio.

Y, dicho sea de paso, hagamos lo mismo si se cae un avión, si un dirigente religioso publica un documento, si un artista se muere o si se anuncia un nuevo descubrimiento científico. Pongamos al mismo nivel al gatito que busca ser adoptado y el bombero que valientemente salva varias vidas porque en definitiva ambos son solamente “espectáculo”.

Esas historias ciertamente nunca se acabarán, pero, por las dudas que las personas se aburran de ellas, ¿por qué no creamos otras historias, con todo tipo de súper héroes, imperios galácticos, ladrones de carros o personajes similares? 

De esa manera, crearemos más espectadores. Y como parte del espectáculo, ofrezcámosle todo tipo de publicidad a los espectadores, transformándolos en consumidores. Digámosle que, desde su cabello hasta los dedos de sus pies, todo en su cuerpo está mal y debe ser cambiado o mejorado. Y no dejemos de pasar publicidad sobre toda clase de enfermedades que tarde o temprano los afectará.

Si así lo hacemos, los espectadores le dedicarán suficiente tiempo a trabajar, pero no más del necesario, para contar con los recursos para no perderse el espectáculo para transformarse ellos mismo, aunque sea por un momento, en parte de ese espectáculo. Después de todo, para esos están las redes sociales. 

Y en medio de toda esa vorágine de narcisismo, de auto-adulación, de vivir sin pensar y de correr detrás de la última tendencia, ¿dónde queda el verdadero ser humano? ¿Qué somos si solamente somos pan y circo?

¿Y cómo podemos pasar de ser espectadores a ser actores y de ser consumidores a ser creadores si consideramos que todo el mundo es un gran espectáculo y si toda creación, por más sublime que sea, inmediatamente se vuelve un producto de consumo? Si tuviese una respuesta, no haría la pregunta.

Go Back

Comment

Blog Search

Blog Archive

Comments

There are currently no blog comments.