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Proyecto Visión 21

¡Ya basta de decir “No sé cómo hacerlo”!

Los cerebros artificiales, las computadoras cuánticas y los viajes espaciales comerciales ya son una realidad. Pero es una realidad que muchas personas desconocen y con la cual no se conectan porque, mientras los estudios de universos paralelos y multidimensionales con cada vez más profundos y exitosos, muchos no saben cómo resolver los mínimos desafíos.

Es verdad que vivimos en una época en la que los presidentes ya no saben gobernar, los maestros ya no saben enseñar y los médicos ya no saben curar. Una época en la que todos los valores se han transmutado, pero no para liberarnos, sino para esclavizarnos aún más y convertirnos en monstruosidades sin consciencia ni recuerdos de lo que fuimos o podríamos haber sido. 

Pero a la vez todo se agrava cuando alguien, por ejemplo, no sabe completar un formulario básico para que su hijo o hija reciban comidas gratis o a precio reducido en la escuela. Y en vez de admitir que no sabe responder a unas pocas y simples preguntas porque nunca quiso aprender a hacerlo, esa persona acusa a todos a su alrededor de no querer ayudarla.

“Señora”, le dije, “puede completar el formulario en línea. Está en su idioma”. La respuesta fue inmediata. “Pero yo de esas cosas de Internet no entiendo nada”. 

“Existe otra opción. Llame a este número y la ayudan a completar el formulario por teléfono”, le dije. Otra respuesta inmediata: “Sí, pero solamente se puede llamar en el horario que yo estoy trabajando y cuando llamo no me atienden”. 

“Entonces quizá pueda enviar un correo electrónico a…” Nueva respuesta inmediata: “No tengo correo electrónico. Bueno, sí tengo, pero como nunca lo uso no recuerdo la contraseña. Mi hija me lo puso en el teléfono, pero yo no sé cómo leerlo”. 

“Está bien. Ya que estamos hablando por teléfono en este momento, ¿me podría dar sus datos? ¿Cuál es su teléfono?”. Respuesta sorpresa: “No tengo teléfono. Estoy usando el de una persona amiga. El mío se perdió. No sé cuándo voy a tener teléfono otra vez”. 

La conversación duró unos pocos minutos más en los que descubrí que esta persona hacía casi 30 años que estaba en el país, pero carecía de los elementos y habilidades básicos como para conectarse con los recursos disponibles para mejorar su presente y, por eso, no podía construir un mejor futuro para ella y sus hijas. 

Su última pregunta antes de terminar la conversación fue “Pero ¿cómo lo hago?” Debo confesar, estoy cansado de escuchar esa pregunta. Vivimos en una época en la que casi inmediatamente podemos acceder a la información que necesitamos y, por lo tanto, decir que uno no sabe cómo resolver algo sencillo resulta inadmisible. (Dicho sea de paso, se pudo ayudar a la señora). 

Pero esta mujer no es la única. Muchas personas parecen haber pedido la capacidad de resolver sus problemas, superar sus desafíos, asumir sus responsabilidades y hacerse cargo de su vida. Lamentablemente, el nuevo futuro ya llegó y ciertamente no esperará a que nos preparemos. 

 

 

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