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Proyecto Visión 21

Este mundo está lleno de increíbles contradicciones

A veces me pregunto si las personas que diseñan ciertos sistemas o procesos a propósito los diseñan de una manera irracional o si se deben entrenar y capacitar para hacerlo. Sea como fuere, la irracionalidad y las contradicciones parecen expandirse rápidamente en nuestro mundo actual.

Por ejemplo, recientemente descubrí que una cierta institución de educación superior ofrece una clase que desde hace tiempo deseo tomar. Por eso, me enrolé en esa institución.

Luego de recibir por carta la información de que yo ya había sido aceptado como alumno, fui al sitio de Internet correspondiente para enrolarme en el curso que quiero tomar, pero no pude hacerlo, por no haber completado un cierto formulario.

Llamé entonces a la institución en cuestión y me dijeron que habían enviado el formulario que necesito para inscribirme a una nueva dirección de correo electrónico que ellos habían creado para mí.

Les dije que yo desconocía y no tenía acceso a esa nueva dirección electrónica y me pidieron de llamar a soporte técnico, donde me informaron que esa dirección solamente se activaría después de completar mi inscripción.

En otras palabras, para inscribirme necesito leer la información que me enviaron a una dirección electrónica a la que sólo tendré acceso después de inscribirme.

Pero el problema no termina allí. En uno de los tantos llamados telefónicos, me enteré que para inscribirme en esta institución terciaria y asistir a la clase que quiero tomar debo primero completar una “orientación”. El tema es que esa orientación se ofrece solamente después de la fecha de la clase que yo elegí.

Así que, si por algún milagro, yo lograse acceder al formulario oculto en una dirección electrónica a la que no tengo acceso y pudiese completar ese formulario, aún así no podré terminar de inscribirme porque la orientación para la clase que yo elegí se ofrece después de que esa clase termine.

La irracionalidad del sistema me hace imaginar que quizá exista algún laboratorio secreto de “científicos locos” cuya misión es crear sistemas irracionales y contradictorios para ver sufrir a los pobres mortales. Y hasta me parece escuchar las diabólicas risas de esos “científicos” para celebrar sus monstruosas creaciones.

Solamente así podría explicarse esta multiplicación  de irracionalidad que aparece ahora en tantos lugares.

Otro ejemplo. Recientemente me tocó escuchar una conversación de una persona que llamó a una importante agencia del gobierno federal para hacer una pregunta. Luego de ser transferido a seis o siete lugares distintos, finalmente pudo hablar con alguien que le dijo que debía llamar a un cierto número y dar un cierto código para obtener la respuesta.

Este hombre llamó al número que le dieron, mencionó el código y para su sorpresa la persona que le respondió fue la misma que un minuto antes le había dado esa información. El hombre hizo su pregunta, y la respuesta fue que no podían responderle a menos que enviase la pregunta por escrito.

¿Cómo y por cuánto tiempo se podrá mantener la cordura en un mundo gobernado por la locura?

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