Menu

Proyecto Visión 21

La imaginación del presente es la realidad del futuro

Cada vez me queda más claro que el futuro no será, sino que ya es. Y si no lo vemos no es porque todavía no llegó, sino porque no hemos llevado nuestra imaginación hasta el necesario nivel de desarrollo como para ver el futuro y, de esa manera, permitir que el futuro emerja en el presente.

Quizá Einstein estaba en lo correcto al decir que la imaginación era más poderosa que el conocimiento, porque el conocimiento es limitado, pero la imaginación no lo es. De hecho, se dice que Einstein habría caracterizado a la imaginación como “el anticipo de las cosas por venir”.

Dicho de otro modo, la imaginación de hoy, expresada por ejemplo en el arte y en la ciencia ficción entre otros campos, es un anticipo de un futuro que ya está aquí y que siempre lo estuvo, pero que no vemos por el escaso nivel de nuestra imaginación.

¿Cómo sabemos que tenemos un escaso nivel de imaginación? Porque todo lo resolvemos por medio de un conflicto. Sea que se trate de un encuentro de futbol, de una marcha de inmigrantes, de una protesta de jubilados, o una maniobra inesperada en la carretera, todo lo resolvemos con violencia, con enfrentamientos, y hasta con brutalidad.

Un mundo distinto está tan lejos de nuestra imaginación que cuando lo imaginamos creemos que se trata de algo ya perdido e irrecuperable (como el paraíso), algo más allá de nuestro alcance y de este planeta (como el cielo), o incluso un simple delirio (como las numerosas utopías presentadas a lo largo de la historia.)

Y entonces, con nuestra falta de imaginación alimentamos el campo social de la negatividad que todo lo ve como una disyuntiva (nosotros contra ellos), todo lo resuelve por medio de la destrucción del otro (o por lo menos eso intenta), y todo lo adjudica a algún chivo expiatorio, sin jamás asumir la responsabilidad propia.

El monstruo dentro de nosotros, el cerebro reptiliano, la sombra (como decía Jung) emerge entonces desde adentro de nosotros y muestra su desagradable rostro en todo tipo de acciones desagradables. Pero quizá la acción más desagradable de todas sea la de mantenernos encerrados en el círculo del presente sin permitirnos el acceso al futuro.

Es verdad que muchos de aquellos que en el pasado tuvieron la audacia de imaginarse un futuro distinto pagaron un alto precio por expresar públicamente su imaginación. Pero también es verdad que aquellas imaginativas mentes crearon un nuevo futuro, incluso si ellos no llegaron a verlo. O, mejor dicho, lo vieron antes que las otras personas, pero no junto con ellas.

Quizá sea hora de dejar que la imaginación vuele otra vez, no como un fácil escapismo de la realidad actual ni para negar los problemas actuales, sino como una manera de activar o de reactivar el campo social de la positividad que, aunque casi apagado, se alimenta con cada buena intensión, cada gota de esperanza, cada suspiro de fe.

Quizá debamos reimaginarnos la imaginación antes de que ocurra lo inimaginable.

Go Back

Comment

Blog Search

Blog Archive

Comments

There are currently no blog comments.