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Proyecto Visión 21

Porque tú no veas algo eso no significa que ese “algo” no exista

A los dos meses de nacer, los bebés solamente pueden ver hasta 30 centímetros frente a sus ojos y todavía no pueden enfocarse en objetos ni distinguir colores. Reconocen instintivamente el rostro de su madre y no mucho más. Pero eso no significa que no exista un mundo más allá de lo que los bebés pueden ver. 

A los seis meses, los bebés ya pueden ver hasta medio metro y pueden enforcarse en objetos y reconocer colores. Han progreso sólo 20 centímetros en su experiencia del mundo a su alrededor. Su percepción del espacio se ha acrecentado, pero pasarán muchos años antes de que comiencen a entender el tiempo. 

A los niños le cuesta entender el concepto de “pasado” y se sorprenden al descubrir que sus padres alguna vez también fueron niños. Y la idea de un pasado lejano y de un futuro aún por llegar queda fuera de lo pueden procesar. De hecho, no lo harán en su plenitud sino hasta llegar a ser adultos (y si es que alguna vez lo hacen.)

Pero eso no significa que no haya existido un pasado que los precedió o que (muy probablemente) habrá un futuro sin ellos. 

Si pasamos de los bebés individuales a la humanidad en su totalidad, debemos reconocer que hubo una época similar en la historia humana, cuando la ciudad en la que uno vivía se consideraba el centro del universo y el horizonte de lo que uno podía ver marcaba el límite de la realidad. 

Se dice que entre los antiguos griegos se creía que la distancia entre la superficie de la tierra y el límite del universo era de sólo 30 kilómetros. Y la creencia de que la tierra tiene unos pocos miles de años es bien conocida. En uno y otro caso, la actitud es la misma: lo que no podemos ver (sea en tiempo o en espacio), no existe. Pero esa creencia no presta atención a los bebés. 

Sólo porque algo no forma parte de nuestra percepción espaciotemporal, no significa que ese “algo” no existe, sino que simplemente no lo percibimos. Sin ayuda de instrumentos adecuados, no podemos ver la luz infrarroja o ultravioleta. Pero eso no significa que no esas luces no existan.

A nivel cósmico, nuestros instrumentos nos permiten ver hasta unos 14 mil millones de años luz, muy cerca de la gran explosión que dio origen al universo. Pero todo lo que esté más allá de esa distancia espaciotemporal queda fuera de nuestra percepción, pero no quiere decir que no exista.

En cierto sentido, aunque nos cueste reconocerlo, somos bebés cósmicos, con una consciencia tan pequeña que sólo vemos lo que vemos y, aún peor, creemos que esa es toda la realidad. Y en actual contexto de una globalización tecnocientífica narrada por las redes sociales del capitalismo, nuestra consciencia es aún más pequeña porque se limita a lo que nos dejan ver. 

Por eso, muchas personas no pueden ver el futuro. Pero eso no significa que el futuro aún no existe.  

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