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Proyecto Visión 21

Xenofobia, discriminación traumatizan a sus víctimas

Una de las tareas que más me agrada es la de proveer traducciones profesionales, debido a que esa actividad significa ingresar a la vez en la mente del creador del texto y en la mente del lector, creando así un puente entre ambos que a veces se extiende a través de siglos y culturas.

En ese contexto, que vengo desempeñando desde hace ya un cuarto de siglo, tuve que traducir la semana pasada un documento para una firma de abogados en Denver. El documento era una lista de las consecuencias físicas y mentales que pueden padecer quienes sufrieron de un accidente automovilísticos.

La traducción resultó relativamente sencilla, ya que consistía en una lista de potenciales problemas corporales, emocionales y sociales, desde dolores de espalda y de cabeza hasta insomnio y depresión, así como deseos de estar solo y temor por el futuro.

Sin embargo, al traducir las casi diez páginas de posibles traumas como consecuencia de un accidente automovilístico, pronto descubrí que en algún momento yo ya había traducido una lista similar, pero no relacionada ni con abogados ni con accidentes.

La lista de los abogados incluye problemas como dormir en horarios inusuales, consumo exagerado de alcohol, adicciones, problemas al usar herramientas o máquinas, problemas para darse a entender o para que lo entiendan, problemas para controlar el temperamento o las acciones, necesidad de gratificación inmediata, apatía, y pocos deseos de cooperar con otros.

Esa lista es muy similar a la lista compilada en el 2007 por el Dr. Patrick Steffen, profesor asociado del Departamento de Psicología en la Universidad Brigham Young (BYU) de Utah, en un estudio sobre cómo la discriminación y la xenofobia afectan a la salud física, mental y emocional de los inmigrantes.

Según Steffen, los inmigrantes viven con miedo, que luego se transforma en ansiedad, lo que lleva al insomnio y eventualmente a la depresión. En su estudio, Steffen establece que existe una conexión entre el racismo (real o percibido) y la falta de sueño entre los inmigrantes.

Las malas experiencias durante el día literalmente los mantienen despiertos durante la noche. Como consecuencia, al día siguiente tienen problemas para darse a entender.

Y la acumulación de experiencias de racismo, xenofobia y discriminación, acentúan las diferencias culturales y causan tensiones y preocupaciones que llevan al descontrol del temperamento y al aislamiento social.

En otras palabras, al comparar una y otra lista se descubre inmediatamente que tanto las víctimas de las que hablan los abogados como las personas de las que habla el psicólogo de BYU padecen de traumas similares, en un caso causados por un accidente automovilístico y en otro por actitudes individuales o sociales de discriminación.

Es fácil entender que un accidente (quiera Dios o el destino que nunca nos suceda) deja sus consecuencias traumáticas. Pero me pregunto cuántas víctimas de discriminación pueden ver y entender con esa misma facilidad las consecuencias traumáticas que ellas también padecen.

Peor aún, si las víctimas no reconocen el trauma, tampoco buscarán la ayuda médica, psicológica o legal que necesiten.

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